A una niña en Radio Nacional le preguntaron qué fue lo que más le había gustado de la Feria del Libro de Córdoba 2009 ella dijo:
-los susurradores
-¿y qué son los susurradores?- pregunto sorprendida la conductora y la niña añadió:
Somos los que creemos que el haz de las posibilidades no se reduce jamás. Todo lo que aparece dentro de nosotros y vamos esparciendo en las cuadras caminadas y noches a punto de dormir, son pájaros e hijos que con el tiempo salen a volar y a jugar.
"POR FIN ENCONTRE MI VARITA MAGICA
El susurrador, o llamado por mí BENTEVEO o varita mágica, es también, entre tantas otras imaginerías, un tubo pescador de estrellas.
Remite al mismísimo origen de las varitas mágicas.
Horacio Tignanelli, amigo entrañable, que es astrónomo y titiritero, me contó que éstas eran usadas desde la antigüedad por los magos para curar todo tipo de males.
Era costumbre que, tal como siempre lo hizo el hombre, los astros fueran observados por tubos que en un principio eran de origen vegetal .
Pero los magos enfocaban una estrella con el tubo y proponían pasar la luz de la misma a la zona afectada. Decían que esa luz era curativa de males del cuerpo y del alma. (Sobre todo, decían que eran infalibles para curar los males de amor)
De ahí que las varitas construidas tiempo después tengan una estrella en la punta.
Los susurradores que ofician de tales practican una trémula metamorfosis: otra luz, la de la voz regalando un poema, es la del placer extremo y seguro que también mitiga todo tipo de males…"
La bella Mirta expande susurradores por todo el país, junto con la palabra, junto con su amor...
también es amiga de las plumas y de los caleidoscopios!!!
COLOR SUSURRO TE CELEBRA!!
Silenciosos y sutiles como gatos, aparecen y desaparecen después de dejar su huella. "Irrumpimos con fuerza, pero también con ternura y serenidad. Actuamos despacio, susurramos a la gente y nos marchamos en silencio y sin esperar aplauso", cuenta Olivier Comte.
El resultado es casi siempre una mezcla de incredulidad y emoción: "La gente no sabe muy bien como reaccionar pero lo más típico es que se emocionen por lo que acaban de vivir. Muchos llegan incluso a llorar".
En la memoria guardan el recuerdo que demuestra como una sesión de poesía susurrada puede, de verdad, parar el mundo: "Un día fuimos a un periódico de París. Entramos en la redacción, llena de gente y ruido y actuamos durante media hora. Ya después de salir del edificio recibimos una llamada de uno de los periodistas, asombrado. 'No han sonado ni los teléfonos', decía. Y sí que lo habían hecho, pero ellos ni se habían dado cuenta", recuerda Olivier Comte.