Somos los que creemos que el haz de las posibilidades no se reduce jamás. Todo lo que aparece dentro de nosotros y vamos esparciendo en las cuadras caminadas y noches a punto de dormir, son pájaros e hijos que con el tiempo salen a volar y a jugar.
sábado, 26 de diciembre de 2009
viernes, 25 de diciembre de 2009
Ataque poético al banco.
Pero, en fin, aquí estoy escribiendo eso que ocurrió
Que algunos pudieron verlo, otros escucharlo
Y otros prohibirlo.
Es que es tan difícil hacer algo distinto
“fuera de la estructuras” diría el gerente del Hipotecario
“ningún espectáculo” el policía de Credicop
“afuera” esa fue la orden
pero los susurradores no acatan orden atacan
un poema
dos,
tres,
no te diste cuenta
y se te llenó el banco de susurradores con sombreros
boinas de colores, palitos de colores, largos, cortos,
poemas propios, de los hermosos como Gelman, Santoro, Spinetta, Whitman, Jairo Aníbal Niño, Urondo…
el Pedro y sus poemitas escrito en una fotocopia,
¿quién puede negarse a tal acto de amor?
¿Las estructuras? ¿La ley? ¿la camarita que te filma?
NO recibiste el poema, no sabías lo que hacíamos y nos echaste por las dudas fuéramos “gremialistas” o lo nuestro fuera “un trabajo de la facultad” o una “batucada”
De ahí salí con ganas de ir a susurrar a la Escuela de policías…
Pero un policía, Miguel, fue distinto. Él nos contó que es poeta y que le gusta Bécquer
Y se dejó susurrar mientras una señora llamando a ningún lugar nos decía que le estaban avisando que nos fuéramos, el policía nos dijo que lo nuestro había llegado, que “habíamos podido expresar la verdad”
Luego, los susurradores en la calle, caminan como con poemas en los talones, como con locura en el corazón y como vertiendo amor en cada susurro…así la magia se penetra aunque los corran
Asi sucede algo distinto y te llaman por teléfono y llega el gerente y la gente no entiende pero sonríe varios minutos luego de un susurro…así sucede algo distinto ¡si!, en todos lados los susurros fueron quedando, se metieron, así, sin tiempo a que los eches, hasta la del mostrador, ella escribía en la computadora vaya a saber uno cuánto caos sistemático, cuántos número…y susurrador Valentín la sorprendió con un vuelosusurro y ella detuvo sus dedos, ella se detuvo, ella no podía seguir con sus datos, ella estaba siendo susurrada señores, ella dejó un momento de ser quién es todas las mañanas, ella no conocía a Valentín y Valentin le susurra señoras eso es un ataque poético al banco, eso es salir a susurrar con la idea de poner un poema allí donde no habita, eso es contribuir a la desaceleración, eso es la locura que descoloca y corrompe con un poquito de ternura la alienación sistemática que habitamos todos los días…
Fue una mañana “distinta”, una intervención “distinta” en el caos de fin de año.
La policía, los poemas, el banco, los poemas, el gerente, los poemas, la gente que espera, los poemas, la gente con calor, los poemas, la mujer que escribe en la computadora lo que el cliente necesita, los poemas, los papeles, los poemas, los no aquí, afuera, los poemas, los poemas, los poemas, entonces, las sonrisas, los poemas, la locura, los poemas, las recorridas por la ciudad, los poemas, la radio nacional, los poemas, la lluvia, los poemas, los susurradores comiendo arroz, los poemas…fue una mediodía “distinto” en el caos de fin de año. Fue el día en que los susurradores de poemas salieron al Centro de la Ciudad, se metieron en los Bancos y solo regalaron un par de poemas.
domingo, 13 de diciembre de 2009
martes, 24 de noviembre de 2009
domingo, 8 de noviembre de 2009
Biblio Susurros
En una susurro biblioteca de un cercano arcoíris,un susurro alarma intenta despertar con estrellas a un susurro sueño.
El susurro sueño no quiere aún levantarse, asique recuerda una noche de susurro sexo, o susurro mariposas, y sigue volando.
Frente a tanta susurro hermosura, el susurro alarma piensa que es mejor no levantar al dormilón, y decide entonces mutar con algunos pájaros y ser para su amigo un suave susurro almohada.
vALENTIN
jueves, 5 de noviembre de 2009
Algunas palabras que nos han escrito...juaz
que lo disfrutenn...
Los Narradores de Historias - Alejandro Dolina
Existen pocos datos acerca de los Narradores de Historias. Nunca se supo de dónde venían aquellos hombres vestidos de negro. Llegaban en bicicleta al anochecer y recorrían la plaza canturreando un pregón suave.
- Historias, historias. . . ¿quién quiere oír una buena historia..?.
Sus mejores clientes eran las parejas de enamorados, los linyeras, los Hombres Sensibles de Flores, los Muchachones Crueles y los Refutadores de Leyendas, que se hacían contar historias para no creer en ellas.
Cuando no había candidatos, los Narradores intercambiaban relatos entre ellos mismos.
Y a veces, en las noches lluviosas, los caminantes vislumbraban siluetas solitarias contando historias al viento.
Un rato antes del amanecer, se iban con rumbos diferentes, a veces interrumpiendo una frase, como si obedecieran a alguna señal secreta. Sus nombres eran desconocidos y a decir verdad, la gente apenas si distinguía a algunos de ellos con apodos más bien ocasionales, como El Barbudo, El Morochito o El Petiso.
En el barrio del Angel Gris y en otros rincones de la ciudad cunden narradores aficionados que relatan, con la mayor torpeza y el mayor amor, sus cotidianas peripecias de oficinas. No hay que perder las esperanzas. Recorramos la plaza noche tras noche, tal vez en el momento menos pensado oigamos el antiguo pregón...
- Historias, historias. . . ¿quién quiere oír una buena historia..?.
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Cosas - Juan Gelman
Los atacantes del amor
enmascarados por el mundo
asaltan en la calle
cuidado son terribles
aman como porfiados
quieren de pura voluntad
o la memoria les funciona
de modo tal que les importa nada
el odio el gran castigo
y besan contra todo
contra todos también confiando
que alguna vez alguien alguno
empuñe su ternura
empiece a fusilar
domingo, 1 de noviembre de 2009
Salpicón de colores y palabras
Un par de tubos de cartón mojaban con poesía los caracoles de la gente;
le mimaban el cuerpo y le adornaban el alma.
En ellos, se dice, habitaba un conejo lleno de pósimas suaves que erizaban la piel.
La gente, inquieta y sorprendida ante semejante locura, no paró de hablar y examinar tal situación y tales objetos.
Se trató de descubrir que son y que hay en ellos, y aunque nadie se animó a verles el interior, se aseguró de que tienen estrellas y mundo-corazón, además del conejo.
La fiesta continuó, y los exámenes no pasaron a mayores.
No obstante, algunas personas confiesan haberlos visto traficando silencios.
En tapa, los responsables del acto.
martes, 27 de octubre de 2009
y pues ahora en Córdoba...
Y luego siguió con la gran Mirta Colángelo
"En la poesía las palabras se iluminan, destellan, llamean. Leer poesía es poder leer lo invisible." M. C.
Mirta Colángelo es educadora por el arte. Nació en Buenos Aires y actualmente vive en Bahía Blanca. Se especializó en Literatura infantil y juvenil. Es narradora oral y coordinadora de talleres de lectura y escritura creativa.
SOBRE SU COMIENZO CON LA POESÍA NOS DICE...
“Evocando a Dylan Thomas puedo decir que desde chica me enamoré de las palabras y todavía estoy a merced de ellas. Aún sin importarme lo que querían decir había palabras que ejercían en mí una profunda fascinación. Recordaba y repetía con facilidad pequeños poemas que venían de boca de mi abuela gallega que también era una fantástica contadora de historias. Y aunque esto sigue siendo un misterio para mí es probable que allí se haya gestado lo que es mi entrañable relación con la literatura, una manera de estar parada frente al mundo”,
SOBRE LOS SUSURRADORES:
EN un email nos agrega un poco de magia a lo que ya sabemos de los franceses:
"POR FIN ENCONTRE MI VARITA MAGICA
El susurrador, o llamado por mí BENTEVEO o varita mágica, es también, entre tantas otras imaginerías, un tubo pescador de estrellas.
Remite al mismísimo origen de las varitas mágicas.
Horacio Tignanelli, amigo entrañable, que es astrónomo y titiritero, me contó que éstas eran usadas desde la antigüedad por los magos para curar todo tipo de males.
Era costumbre que, tal como siempre lo hizo el hombre, los astros fueran observados por tubos que en un principio eran de origen vegetal .
Pero los magos enfocaban una estrella con el tubo y proponían pasar la luz de la misma a la zona afectada. Decían que esa luz era curativa de males del cuerpo y del alma. (Sobre todo, decían que eran infalibles para curar los males de amor)
De ahí que las varitas construidas tiempo después tengan una estrella en la punta.
Los susurradores que ofician de tales practican una trémula metamorfosis: otra luz, la de la voz regalando un poema, es la del placer extremo y seguro que también mitiga todo tipo de males…"
La bella Mirta expande susurradores por todo el país, junto con la palabra, junto con su amor...
también es amiga de las plumas y de los caleidoscopios!!!
COLOR SUSURRO TE CELEBRA!!
Les Souffleurs
Y TODO COMENZÓ EN FRANCIA...
Silenciosos y sutiles como gatos, aparecen y desaparecen después de dejar su huella. "Irrumpimos con fuerza, pero también con ternura y serenidad. Actuamos despacio, susurramos a la gente y nos marchamos en silencio y sin esperar aplauso", cuenta Olivier Comte.
El resultado es casi siempre una mezcla de incredulidad y emoción: "La gente no sabe muy bien como reaccionar pero lo más típico es que se emocionen por lo que acaban de vivir. Muchos llegan incluso a llorar".
En la memoria guardan el recuerdo que demuestra como una sesión de poesía susurrada puede, de verdad, parar el mundo: "Un día fuimos a un periódico de París. Entramos en la redacción, llena de gente y ruido y actuamos durante media hora. Ya después de salir del edificio recibimos una llamada de uno de los periodistas, asombrado. 'No han sonado ni los teléfonos', decía. Y sí que lo habían hecho, pero ellos ni se habían dado cuenta", recuerda Olivier Comte.
domingo, 18 de octubre de 2009
Che Camilo II
La noche escucha.
La noche avanza.
Nada espera por nosotros.
Che Camilo I
Que ando vagando y en búsqueda, de lo que de la moneda se llama, otra cara. Lo incognoscible, el misterio.
Una moneda en el aire que gira y en el agua de una fuentecita cae, y deposita en la tierra un deseo: conocer al hombre de ojos azules.